domingo, 28 de diciembre de 2014

DOMINGO de la INFRAOCTAVA de NAVIDAD. Fiesta de la SAGRADA FAMILIA


      Una interpretación preciosa del Evangelio de Mateo (Evangelio: Mateo 2), llena de símbolos y mensajes. José es la Providencia de Dios, el ángel de la guardia de Jesús. Sin José y su estupenda previsión del futuro, Jesús habría sido probablemente uno de los «niños inocentes» a los que (según el mismo Evangelio) mató Herodes. Pero Judea seguía siendo territorio peligroso, por la crueldad de Arquelao, sucesor de Herodes. Y José pone tierra de por medio y elige Nazaret, una de las aldeas más desconocidas de todo el país. Por eso, al niño que nació en Belén según el mismo Evangelio se lo llamará «el Nazareno», Jesús de Nazaret.

      En la primera lectura (Génesis 15) aparece un tema precioso: los hijos, regalo de Dios; el mensaje está envuelto en una concepción muy patriarcal, como no podía ser menos en aquellos tiempos, pero el mensaje persiste. Para la segunda lectura podemos elegir entre un texto de la Carta a los Hebreos y otro de la Carta a los Colosenses. Elegimos esta última (Colosenses, 3) porque ofrece a los cristianos un ramillete de virtudes que se pueden aplicar muy bien a cada familia.

jueves, 25 de diciembre de 2014

Solemnidad de la NATIVIDAD del Señor


      «...el mensajero anuncia la paz, trae buenas noticias (...) tus vigías cantan a coro porque ven al Señor cara a cara (...) romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén» (1ª lectura: Isaías 52, 7-10). No es para menos: este es el día más alegre de la Historia. Dios está con nosotros, Jesús es la prueba.

      No somos caminantes en un páramo vacío: en medio de nosotros camina el Señor, como caminaba con Israel en el desierto y residía en una tienda como los demás. Jesús es la tienda de Dios en nuestro campamento (Evangelio: Juan 1, 1-18), es la Palabra pronunciada por una boca humana, entendible, traducible, guía, consuelo y verdad.

      Es el final: hasta ahora Dios se ha manifestado de muchísimas maneras y lo sigue haciendo en el universo entero. Pero hay más, mucho más: en un hombre brilla el reflejo de su Padre, el que ha mostrado que el Dios terrible tiene corazón de madre. Con razón decían los dos de Emaús: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos explicaba la Escritura?». El autor de la carta a los Hebreos (2ª lectura: Hebreos 1, 1-6) sabe que es el final, la cumbre, para conocer a Dios basta con Jesús.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

«NACE LA ALEGRÍA...»

 
Nace la alegría, nace la paz y la esperanza, nace el amor, la fe y la caridad; la vida naciente en el seno de una familia es lo más importante en este tiempo, lo ha de ser siempre porque es un valor sustentante de una sociedad conformada, es toda una lección de amor para nosotros. La sagrada Familia se conforma porque ha sabido esperar, el Niño Jesús ha salido a su encuentro y María y José lo han sabido acoger. Nace Jesucristo, celebramos ese hecho, no cualquier otro, sino ese; pero el nacimiento del Mesías es especial al tratarse del bendito que viene en nombre del Señor: a Él le ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación a pesar de que Él sea el que lo constituya, porque es a Él a quien tenemos que buscar en nosotros, fuera y dentro, en el prójimo y en cada uno, en nosotros mismos; salir al encuentro es acoger, ofrecer, recibir, dar, saber y poder, querer hacer lo mejor, lo bueno, teniendo para ello en cuenta los valores y virtudes que representa, poniéndolos en práctica según su ejemplo.
Vivir a su estilo, para eso nace hoy, es el mensaje de amor que lanza al mundo para que cada cual lo lance y haga suyo, propio, común y compartido, y no quede nadie sin saberlo y hacerlo, empezando por nuestra propia obra; la obra que sale del corazón, mediante el cual hemos conocido el espíritu de Jesucristo, porque su corazón lo hemos sentido, lo hemos vivido y experimentado, porque de él emana su obra, la nuestra consiguiente si seguimos de cerca su ejemplo, vamos de su mano, porque nace en nuestro ser mismo; es el espíritu que nos lleva a ser constructores del Reino desde este instante, aquí, ganando en dignidad para con nosotros mismos; si somos seres valiosos sepamos tomar la paz, esa que nos presenta Él, Príncipe de la Paz, y hagámosla verdad hoy. Él ya ha empezado, construyamos, hagamos, teniendo en cuenta: amor, paz, solidaridad… Las palabras bastan, las obras empiezan su camino, el de Jesús; ¡tomémoslo!, ¡seamos valientes y estemos a la altura, porque Él lo ha estado y está!
Nace para que salgamos a su encuentro, como niños, vayamos de su mano, nos acerquemos, lo busquemos y encontremos, y descubramos el valor del regalo más preciado que nos ha concedido: la vida; su mensaje es valioso, actual, vigente, merece ser recibido, acogido y realizado, porque vale más que nunca hoy. ¡Feliz Navidad y próspero año 2015!
Jesús Cuevas Salguero

domingo, 21 de diciembre de 2014

DOMINGO 4º de Adviento

 
      Jesús es un ser humano, y los seres humanos nacen del vientre de una mujer. Pero esa mujer es un poco especial. Los reyes suelen nacer de reinas y en palacios. Pero la madre de Jesús será una campesina, mujer de un artesano, desconocida y pobre. Aunque todo parezca absurdo, aunque no hay quien se crea que esto es la obra de Dios, lo es.

      El ángel y María misma dan la clave: «El Señor está contigo... Para Dios no hay nada imposible... Que se cumpla en mí según tu palabra» (Evangelio: Lucas 1, 26-38). Se va a revelar un secreto escondido a los humanos durante siglos (2ª lectura: Romanos 16, 25-27). Se va a revelar el corazón de Dios.

      En Jesús veremos cómo es Dios, al cual, según Juan, «nadie lo ha visto jamás». Pues nosotros lo vamos a ver, y no por su figura sino por su corazón. María lo hará posible, y de aquí nace todo nuestro amor y agradecimiento a Ella. El libro de Samuel (1ª lectura: 2 Samuel 7, 1-5. 8b-12) va quizá más lejos: no se trata de templos donde habitan los dioses, se trata de Jesús, en quien se muestra plenamente el mismo Dios.

domingo, 14 de diciembre de 2014

DOMINGO 3º de Adviento


      Antes de Jesús, Juan, el mensajero (Evangelio: Juan 1, 6-8. 19-28). Empiezan los ataques de los sacerdotes: ¿con qué derecho hablas tú que no eres nadie? Lo mismo le dirán a Jesús.

      Es terrible la capacidad del ser humano de no reconocer a Dios aunque lo tenga delante de sus narices. En Betania, junto al Jordán, empieza la gran batalla: escuchar la palabra de Dios o rechazarla. Pero tiene que ser al revés: reconocer a Dios y recibir la Palabra como un estupendo regalo.

      «Estad siempre alegres, sed constantes en orar, en toda ocasión celebrad la Acción de gracias... no apaguéis el Espíritu... El que os ha llamado es fiel» (2ª lectura: 1 Tesalonicenses 5, 16-24). Ya lo sabía Isaías: «Me ha enviado para dar buenas noticias a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos y a los prisioneros de la libertad... desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios».

      Y el precioso final, que parece una parábola, anuncia el estilo de Jesús: «Como la tierra echa sus brotes, como un jardín hace que broten las semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los cantos ante todos los pueblos» (1ª lectura: Isaías 61, 1-2a. 10-11).

martes, 9 de diciembre de 2014

Nuestra Señora de la Soledad de Inmaculada

Por segundo año consecutivo Nuestra Señora de la Soledad ha sido ataviada para la festividad de la Inmaculada Concepción, titular de nuestra parroquia, por su vestidor Eduardo Serrano Gómez; en esta ocasión estrena su vestimenta, realizada por su camarera Estrella Salguero López. Ambas personas son merecedoras del debido reconocimiento por su labor, conjunta, y por su buen resultado.
 
 
 
 
 
 
 

lunes, 8 de diciembre de 2014

Solemnidad de la INMACULADA CONCEPCIÓN de la Virgen María, PATRONA de ESPAÑA


La Iglesia se une hoy con gozo y alegría para celebrar a su Madre, la Bienaventurada Virgen María, que, realmente llena de gracia y bendita entre las mujeres, en previsión del Nacimiento y de la Muerte salvífica del Hijo de Dios, suyo, desde el mismo instante de su Concepción fue preservada de toda culpa original, por singular privilegio de Dios. En este mismo día fue definida el año 1854 por el papa Pío IX como verdad dogmática recibida por antigua tradición, que ya creía en este hecho y veneraba de este modo a la Santísima Virgen.
María es la Madre de Jesucristo y Madre nuestra del Cielo, es la que viene a renovar a la mujer del Génesis, Eva, vida, que junto a Adán, tierra, dan lugar a la fructífera vida del hombre, muy buena creación de Dios, quien le ha dado la plena libertad de seguirlo o no; de ahí, se deduce la actitud de los primeros pobladores, castigados por seguir a la serpiente, a esa estirpe que no trae para nada bien, no insta a seguir el buen camino como María, a la espera de Dios, viviendo por tanto a sus espaldas y no esperándolo, a su debido encuentro correspondido; de ahí que Dios diga «Establezco hostilidades entre tu estirpe y la de la mujer» (1ª lectura: Génesis 3, 9-15. 20), porque el hombre, en su conjunto, decidió no seguir a Dios. Ahora, María, nueva, viene al encuentro de Dios, responde a su llamada, lo gratifica con su acción, es Ella la nueva Eva, la vida en su plenitud, por cuya intercesión Dios nos infunde su gracia, su bien, su dicha, nos impregna de lo más valioso que puede darnos; por ello, el salmo nos alude a nosotros: «Cantad al Señor un cantico nuevo, porque ha hecho maravillas».
Nosotros somos identificados con Cristo, somos hechos a imagen y semejanza de Dios, «Nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo» (2ª lectura: Efesios 1, 3-6. 11-12); María es ejemplo de fiel seguimiento, es aquella elegida a la que visita el ángel y le dice: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Evangelio: Lucas 1, 26-38); es fiel a su Hijo, al Espíritu en el que confía, del que recibe esa llamada de Dios a obrar bien, de la que se fía, y se pone en marcha, en camino, está a la espera. Ella es fundamental, sin Ella no entenderíamos este tiempo de preparación del Adviento, porque Ella es la que lo concibe, al Niño Jesús, Dios mismo, Palabra hecha carne, la concebida sin pecado original, la que ostenta el privilegio tal, de vivir, de sentir al mismo Jesucristo en sus brazos, tenerlo y sufrirlo, ofrecerlo, entregarlo, para que sea acogido por esos a quienes alude el salmo, debidamente bien, correspondientemente, como merece el que nos redime, aunque no lo hagamos; es Ella guía fiel, en la que confiar, intercesora, para llegar a la Gloria, para hacerla y ganárnosla desde aquí teniendo en cuenta la propia dignidad humana, que hemos de poner en práctica, construir y probar, para que con dignidad alcancemos un día la gracia, por medio de la infundida, que nos llena, que nos colma, satisface, nos propicia plenitud, a todos, si practicamos los valores con sentido y sentimiento propio a la espera del Niño que sale a nuestro encuentro, pequeño y grande, porque esa es su enseñanza, la de la pequeñez surge la grandeza; la redención, la conversión y la salvación vienen de Él, al creer que nos da de sí lo mejor, nos hacemos nuevos y damos consecuentemente lo mejor que podamos hoy de nosotros, a favor mutuo, del prójimo y del mismo Dios, hecho que prueba el amor, que refiere el mandamiento, vivido y cumplido así por nuestra parte.
Acerquémonos preparados a recibirlo como María, siguiendo el ejemplo de la Madre que nos hace sentir bien plenamente con su obra y el seguimiento de ella misma, la propia y plena acogida de lo ofrecido, porque vale verdaderamente para nosotros, propicia y precisa hoy lo deseado y querido, lo buscado y alcanzado, encontrado y logrado, al considerarla y hacer nosotros hoy correspondiendo a la llamada del Padre, a sus hijos, por medio de la Madre y el Espíritu derramado, que nos impregna del bien y la gracia divina.
Jesús Cuevas Salguero

domingo, 7 de diciembre de 2014

DOMINGO 2º de Adviento


      «Aquí empieza la buena noticia de Jesús de Nazaret». Estupendo prólogo el de Marcos (Evangelio: Marcos 1, 1-8). Media línea solamente, pero esencial, fundamento de todo.

      Llega lo que esperaban los profetas, llega el anunciador, el heraldo de Jesús, Juan Bautista. Y en cuanto llegue Jesús, llegará Abbá, la esencia de nuestra fe. Isaías entona un canto de alegría (1ª lectura: Isaías 40, 1-5. 9-11). Ved llegar a Dios, preparadle un camino real, allanad el desierto, escuchad al heraldo que grita desde un alto monte «Aquí está vuestro Dios». Y llega con un buen pastor que reúne al rebaño y recoge a las ovejas heridas o cansadas. Tened un poco de paciencia (2ª lectura: 2 Pedro 3, 8-14), el Señor es paciente y no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan, lo crean a Jesús, cuando se realice completamente la creación y se cumpla definitivamente, hasta que el universo desaparezca, el gran Proyecto de salvación, lo que Jesús llamará «el Reino».

      Preparad el camino, sed capaces de escuchar y de cambiar, que la Palabra que llega no resuene en el eco vacío del desierto: estad vigilantes, aprovechad la ocasión, que Jesús no os coja desprevenidos, desinteresados, impermeables a la Palabra.