sábado, 31 de mayo de 2014

El Papa viaja a Tierra Santa

Durante tres días, el Santo Padre ha realizado su primer viaje pastoral a Tierra Santa, visitando los lugares más emblemáticos para la fe cristiana.
Visita del Papa a Jerusalen3
El Papa Francisco ha viajado del 24 al 26 de mayo a Tierra Santa, en un viaje pastoral realizado en una de las zonas del mundo con más inestabilidad. Durante estos tres días de duración, el Papa ha querido acercarse a los niños de los campos de refugiados, las familias palestinas, los jóvenes discapacitados, así como las víctimas civiles de atentados en Israel.

El primer día de su llegada a Jordania, el Papa Francisco fue recibido por los reyes jordanos, Rania y Abdullah II, quienes le acompañaron en su visita al río Jordán, lugar donde Jesús fue bautizado.

En la segunda jornada, durante una misa celebrada en la plaza del Pesebre de Belén, el Papa Francisco invitó a los presidentes de Palestina, Mahmud Abas, y de Israel, Simón Peres, a “elevar una intensa oración por la paz”, insistiéndoles en que “construir la paz es difícil, pero vivir sin ella es un tormento”. Esa misma tarde, el Papa mantuvo un encuentro con el Patriarca Ecuménico, Bartolomé I, con motivo del 50 aniversario de la reunión en Jerusalén entre el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras en la Basílica del Santo Sepulcro.

Finalmente, el tercer día, tras visitar la explanada de las mezquitas en Jerusalén, el Santo Padre se reunió con el gran Mufti de Jerusalén, Mohamad Ahmad Husein, donde pidió a los judíos, cristianos y musulmanes que “abran sus corazones y su mente para entender al otro”. Posteriormente, en el museo del Holocausto, el Pontífice pidió a Dios que “nunca más permita un horror como el del holocausto”. A continuación, realizó una visita de cortesía a los dos Grandes Rabinos de Israel en el Centro Heichal Shlomo, y concluyó su andadura con una reunión con el Patriarca de Constantinopla en la iglesia ortodoxa del Monte de los Olivos, con los sacerdotes y religiosos en la iglesia de Getsemaní, así como con la celebración de la eucaristía en el Cenáculo.

Diócesis de Córdoba 27/05/2014

domingo, 25 de mayo de 2014

DOMINGO 6º de Pascua

      La primera lectura habla de los muchos milagros que hacía Felipe en Samaría. La ciudad entera estaba llena de alegría, y lo escuchaban con placer (1ª lectura: Hechos 8, 5-8. 14-17). ¿Se puede aplicar esto a nuestro tiempo? ¿Qué milagros podemos hacer nosotros? Creo que la respuesta está en la carta de Pedro (2ª lectura: 1 Pedro 3, 15-18): «Estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra fe, con mansedumbre, con respeto y en buena conciencia». Dicho con otras palabras, el milagro es que en un mundo que es esclavo del consumo, de la explotación y la violencia, haya personas que vivan «con otro espíritu», personas que manifiesten otra manera de vivir.

      ¿Es posible vivir así? La respuesta está en Lucas 18, 27: «Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios». La tesis de Lucas en el Evangelio es «Dios estaba con Jesús». Pero en los Hechos, su tesis es «Dios está con la Iglesia, con nosotros la Iglesia». De esto precisamente habla el Evangelio (Juan 14, 15-21), de que contamos con el Espíritu de Jesús, con el viento de Dios, para vivir «de otra manera», aunque tengamos que sufrir por ello.

domingo, 18 de mayo de 2014

DOMINGO 5º de Pascua

      Felipe siente un arrebato místico: «Muéstranos al Padre y eso nos basta» (Evangelio: Juan 14, 1-12). Y Jesús lo hace aterrizar: «Ya me has visto, Felipe, no vas a ver más».

      Corazón de nuestra fe: lo que sabemos de Dios no lo debemos a la filosofía ni a nuestro cerebro: lo vemos en Jesús y nos vasta. Jesús es «la piedra angular», la clave de toda la fe (2ª lectura: 1 Pedro 2, 4-9).

      Algunos edificadores construyen sobre otras piedras, incluso posponen a Jesús y buscan a Dios por otros caminos. Se equivocan, Jesús es nuestra «piedra filosofal», que convierte en oro toda nuestra fe y todo nuestro conocimiento de Dios. Y es un regalo de Dios. ¡Qué bien lo entienden los apóstoles cuando definen su función así!: «Nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra» (1ª lectura: Hechos 6, 1-7).

      Esa es nuestra clave, y la función del sacerdote: la oración y la palabra, para poder comunicar a otros su fe en Jesús, la piedra fundamental de todo el edificio que es la Iglesia.

domingo, 11 de mayo de 2014

DOMINGO 4º de Pascua

      «Yo soy la puerta». Jesús, puerta de Dios. Por ella Dios sale a nuestro encuentro; por ella entramos al encuentro de Dios (Evangelio: Juan 10, 1-10). Preciosa la fe de Juan y su metáfora. No busquéis otra puerta, Jesús nos hace visible a Dios.

      Creemos en Dios porque nos fiamos de Jesús, el que no conoció pecado, el que padeció para salvar, el que dio ejemplo para que sigamos sus huellas (2ª lectura: 1 Pedro 2, 20b-25). Los Hechos de los Apóstoles muestran una fe brillante, segura, valiente: «Todo Israel esté cierto de que al mismo Jesús, al que vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías» (1ª lectura: Hechos 2, 14ª. 36-41). Más aún, Pedro se atreve a ampliar la Elección y la Alianza: «Para vosotros y para vuestros hijos y, además, para todos los que llame el Señor... aunque estén lejos». Se ha abierto la estrecha puerta de la vieja Ley, de par en par. Pedro lo repetirá (Hechos 10, 34-35): «Entonces Pedro tomó la palabra y dijo: "Verdaderamente comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en cualquier nación el que le teme y practica la justicia le es grato"». Las puertas del Reino se han abierto de par en par. Ya no hay pueblo privilegiado, el Padre es padre de todos.

sábado, 10 de mayo de 2014

La Diócesis celebra la Fiesta de san Juan de Ávila

Montilla congregó ayer, día 8 de mayo, a los sacerdotes de la Diócesis para celebrar la festividad del Patrón del Clero secular español.


El 10 de mayo se celebra en toda la Iglesia universal la tradicional Memoria de san Juan de Ávila. Por eso, en Córdoba, tuvo lugar el día 8 de mayo un encuentro sacerdotal en Montilla, junto al sepulcro del nuevo Doctor de la Iglesia y Patrón del Clero secular español. En este encuentro no sólo se reunieron gran parte de los sacerdotes de la Diócesis cerca de doscientos, sino que también celebraron sus Bodas de Oro y de Plata algunos de ellos. En esta ocasión, festejaron sus Bodas de Oro los presbíteros Julián Cuenca Cabeza, Manuel González Muñana, Ángel Urbano García, Juan Luna Santos (O.Carm.), Antonio Rides Romero (SDB) y Ernesto Sánchez Gey (SJ); y las de Plata, José Enrique Alcalá-Zamora Burgos.

Previamente, los sacerdotes asistieron a una meditación basada en textos del santo maestro y, posteriormente, celebraron la misa presidida por el Obispo ante los restos del Patrón del Clero secular español.

Diócesis de Córdoba 9/10/2014

domingo, 4 de mayo de 2014

DOMINGO 3º de Pascua

      Una vez más, los discípulos recuperan la fe. La cruz había matado su fe. Ellos creían que Jesús iba a ser el Mesías esperado, el gran rey de Israel. Su muerte en la cruz disipó todas las esperanzas: «Nosotros esperábamos que él sería el futuro libertador de Israel… pero ya van dos días…» (Evangelio: Lucas 24, 13-35).

      El encuentro con Jesús los va a cambiar de arriba abajo, van a entender las Escrituras, se les abren los ojos y re-conocen a Jesús, porque antes apenas si lo conocían. Hasta el punto de que toda su fe va a sufrir un cambio radical: «por Cristo, vosotros creéis en Dios» (2ª lectura: 1 Pedro 1, 17-21). Antes creíais en Yahvé, fiándoos de Moisés y las Escrituras. Ahora creéis en Abba, porque os fiais de Jesús. Y ¡qué poderosa es la fe de aquellos primeros seguidores de Jesús! El día de Pentecostés, Pedro, que había negado a Jesús por miedo a una criada, se atreve a hablar de Jesús ante todo el pueblo: «Vosotros lo matasteis en una cruz, por mano de paganos, pero no era posible que la muerte lo tuviera bajo su dominio» (1ª lectura: Hechos 2, 14. 22-33). También Pedro ha resucitado: estaba muerto de miedo, muerta su esperanza y su fe. Ahora no: la fe en Jesús lo ha hecho valiente, se ha transformado en apóstol (enviado) de Jesús.

viernes, 2 de mayo de 2014

Nuestra Señora de la Soledad en Pascua de Resurrección

Una vez más, Nuestra Señora de la Soledad ha sido bellamente ataviada por su vestidor, Eduardo Serrano, en esta ocasión para el tiempo pascual y de Glorias.