lunes, 29 de abril de 2013

Misa de clausurura del Congreso Internacional de San Juan de Ávila

El Nuncio de Su Santidad, Mons. Renzo Fratini, ha presidido esta mañana en la Catedral, la Eucaristía con la que finaliza uno de los actos más importantes del Año Jubilar Avilista.

El Congreso Internacional de San Juan de Ávila se ha clausurado con la celebración de la Eucaristía en la Catedral, presidida por el Nuncio del Papa en España, Mons. Renzo Fratini, y concelebrada por el Obispo de San Cristóbal, Mons. Mario del Valle; el Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández; y el clero diocesano.

En su homilía, el Nuncio ha agradecido la invitación del Obispo de Córdoba “como signo de comunión con el Papa Francisco” y ha expresado su satisfacción por el doctorado de San Juan de Ávila como un gran don para la Iglesia.

Asimismo, haciendo referencia a la Palabra que se ha proclamado ha afirmado que para San Juan de Ávila se traduce en el “convencimiento de que jamás se debe desfallecer en la confianza del amor de Dios”. También ha exhortado a los sacerdotes a “seguir el ejemplo del celo apostólico de San Juan de Ávila”. Y ha continuado comentando otro de los aspectos importantes que deben aprender del Maestro: “que el deber de ser santo emana del cuerpo eucarístico y que la caridad del sacerdote se expresa en el ejercicio pastoral”.

Diócesis de Córdoba 28/04/2013

domingo, 28 de abril de 2013

DOMINGO 5º de Pascua

      Leyendo la 1ª lectura (Hechos 14, 21b-27) se tiene la impresión de estar viendo una humanidad nueva. Es la comunidad de Antioquía, llena de fe, fraterna, compartidora de bienes, misionera. Parece como si se hubiera realizado en ella el sueño de Jesús, como si se cumplera el mandamiento del amor que expresa el Evangelio (Juan 13, 31-33a. 34-35): «Os doy un mandato nuevo; que os améis unos a otros como yo os he amado». Es una sociedad distinta, una socieda alternativa: eso es lo que tenemos que ser nosotros, la Iglesia.

      Porque el sueño de Dios es una humanidad santa (ha pasado ya lo viejo); un universo nuevo, porque es nuevo el corazón de los humanos, donde Dios enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado (Apocalipsis 21, 1-5a).

      Soñar, soñar en Dios como supremo consuelo, soñar en el futuro como un sueño que no puede fallar. Y trabajar, porque todo eso es proyecto y el Padre nos ha llamado a colaborar, a trabajar en ese Proyecto.

domingo, 21 de abril de 2013

DOMINGO 4º de Pascua

      «Una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos» (2ª lectura: Apocalipsis 7, 9. 14b-17). La humanidad del futuro, el éxito del Padre, el triunfo de Jesús. Y es que «Mis ovejas escuchan mi voz; y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. El Padre y yo somos uno» (Evangelio: Juan 10, 27-30).

      Nadie puede arrebatar al Padre sus hijos. Es la Buena Noticia, la que empezó a abrirse paso, penosamente, superando innumerables dificultades, en aquellas primeras comunidades en que los apóstoles, como Pablo y Bernabé (1ª lectura: Hechos 13, 14. 43-52), y tantos otros empezaban a lanzar la semilla al mundo eterno. Y tras ellos, nosotros, llenos de esperanza en que Dios no puede fallar, confiando enteramente en Jesús, entregados en cuerpo y alma a la felicidad de todos.

domingo, 14 de abril de 2013

DOMINGO 3º de Pascua

      ¿Qué hacen esos discípulos, con Pedro y Juan al frente, pescando en Genesaret? (Evangelio: Juan 21, 1-19). ¿No se han enterado aún de la misión? Pero se van a enterar: «Pedro, apacienta mis ovejas».

      La presencia de Jesús les va a devolver a los dicípulos a Jerusalén, a empezar la gran batalla. Así lo vemos en la 1ª lectura (Hechos 5, 27b-32. 40b-41), dando la cara valerosamente por Jesús porque «hay que obedecer a Dios antes que a los hombres»; azotados, pero dando la cara hasta acusar al Sanedrín del asesinato de Jesús: «a quien vosotros matasteis colgándole de un madero». Y felices a pesar de todo: ellos «salieron del Consejo, contentos de haber mercido aquel ultraje por nombre de Jesús».

      El Apocalipsis (2ª lectura 5, 11-14) lanza la mirada mucho más lejos, al final de toda la aventura humana. Y ve el triunfo del Reino, vistiéndolo con maravillosos símbolos que representan el éxito del plan de Dios con miríadas de millares de triunfadores con Jesús, que somos nosotros, definitivamente resucitados con Él para la Gloria del Padre.

viernes, 12 de abril de 2013

Nuestra Señora de la Soledad vestida para el tiempo de Glorias

Finalizada la Semana Santa, nuestra Titular es atavida cada año para el tiempo pascual y de Glorias, en el que nos encontramos inmersos. En esta ocasión, la Virgen ha estrenado una nueva vestimenta, que resalta aún más su singular belleza, confeccionada por Estrella Salguero López, camarera de la Virgen, y ataviada espléndidamente por su vestidor Eduardo Serrano.




















martes, 9 de abril de 2013

CÓRDOBA CELEBRA ya el nuevo BEATO CRISTÓBAL de Santa Catalina

La ocasión no era para menos. Más de 5.000 personas abarrotaron las naves de la Catedral, y es que por primera vez en la historia, el templo mayor de la Diócesis de Córdoba ha acogido una ceremonia de beatificación, la del Padre Cristóbal de Santa Catalina.

Bendición reliquias del Beato CristóbalA las 11 de la mañana dio comienzo el pasado domingo, 7 de abril, el Solemne Pontifical de Beatificación del Padre Cristóbal de Santa Catalina, un emeritense llegado a Córdoba en busca de una vida entregada a la oración, y que acabó siendo un hombre de santidad para todos, al servicio siempre de los desvalidos y los más necesitados. En agradecimiento a su labor, la Diócesis de Córdoba acogió esta celebración que ha reunió a más de 5.000 fieles, y que, en representación del Papa Francisco, estuvo presidida por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos.

A su vez, en el presbiterio catedralicio, la imagen de Jesús Nazareno junto a las reliquias del nuevo Beato presidieron la ceremonia, en la que también concelebraron una decena de obispos y más de un centenar de sacerdotes.

La Santa Misa comenzó con la intervención del Cardenal Amato y acto seguido, tuvo lugar el rito de la beatificación, en el que el Obispo de Córdoba acompañado por el Padre Evaristo Martínez de Alegría, Postulador Romano del Milagro, y la Hermana Leonor Copado, Madre General de las Hospitalarias de Jesús Nazareno, pidió al Santo Padre la inscripción en el número de los Beatos al siervo de Dios Padre Cristóbal de Santa Catalina. Por su parte, el Cardenal leyó la Carta Apostólica en la que el Papa declara al Padre Cristóbal como Beato. Momento en el que los fieles se fundieron en un fuerte aplauso. Después, tuvo lugar la bendición de las reliquias del nuevo Beato.

En la homilía, el Cardenal Amato comenzó recordando que “hoy la Congregación de Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno y los fieles de Córdoba están de fiesta por la beatificación de un hombre cuya santidad ha sido vivida en esta ciudad”. Tras recorrer datos biográficos y los aspectos más destacados de su vida, el Cardenal destacó los “rayos” de su corona de santidad, definiendo al nuevo Beato como un hombre “de grande fe” y de profunda caridad porque “la vida del Padre Cristóbal está concentrada en aliviar la pobreza e implorar a la divina Providencia”. Por eso, reiteró que “la primera gran lección de nuestro Beato es su profundo espíritu de fe”. En este sentido, recordó también que “es verdaderamente un santo para nuestro tiempo”. Y concluyó pidiendo su intercesión en las Hermanas Franciscanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, presentes en Córdoba y en muchas ciudades, para que les guíe, les fortifique y haga florecer la Congregación con santas y numerosas vocaciones”.

Por su parte, el Obispo de Córdoba agradeció al Papa Francisco el haber proclamado Beato al Padre Cristóbal, así como al pueblo de Córdoba por el apoyo recibido y el cariño que profesan a este “hombre de santidad”.

Procesión “Nazarena”

Después de la celebración, pasadas las dos de la tarde, comenzó la procesión de Jesús Nazareno precedida por las reliquias del Padre Cristóbal hasta su sede canónica, el propio Hospital de Jesús Nazareno, que él fundó. Mientras tanto, en el Patio de los Naranjos, en medio de una densa nube de incienso, cientos de fieles aguardaron esta salida procesional en la que no sólo participaron las autoridades civiles, sino que hubo una numerosa participaron de las cofradías del Nazareno procedentes de diversos puntos de la diócesis.


Jesús Nazareno, te rogamos, que mediante la intercesión del Beato Cristóbal de Santa Catalina infundas en nosotros las virtudes de la fe, caridad y esperanza, que este pobre sacerdote, ya llamado santo en vida, demostraba, con su ejemplo en el discurrir de sus días. Que su vida, concentrada en aliviar la pobreza e implorar pacientemente a la divina Providencia, sea la guía, fortaleza y florecimiento para la Congregación de Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, que él mismo fundó. Aunque también, que este Beato, nos sirva como ejemplo a todos tus fieles Señor Nazareno, que junto a tu Bendita Madre, nos concedas ese don de poder seguirte, como lo hizo el Padre Cristóbal, de poder fomentar las virtudes antes mencionadas, esperando por tanto con fe, que tu Providencia sea efectiva en nosotros; sirviéndonos para auxiliar al más desfavorecido para construir así un mundo mejor y que éste se mantenga mediante la colaboración de todos nosotros; al igual que el Padre Cristóbal hacía y por lo que obtuvo de Ti, Señor, esta promesa referida al Hospital que él mismo fundó, y que colocó escrita en la puerta de éste: «Mi Providencia y tu fe, mantendrán esta casa en pie». Amén.


Diócesis de Córdoba José Antonio Cuevas Salguero 9/04/2013

domingo, 7 de abril de 2013

DOMINGO 2º de Pascua o de la DIVINA MISERICORDIA

       Los discípulos estaban encerrados, con las puertas cerradas «por miedo a los judíos». Pero se presenta Jesús en medio de ellos. La presencia del Resucitado es como una nueva creación. Aquellos aterrorizados galileos, que han visto su fe destrozada por la cruz y ni se atreven a salir de casa, se van a convertir en formidables, creyentes y valerosos misioneros. Y todo eso por el soplo del Espíritu que Jesús les infunfe (Evangelio: Juan 20, 19-31).

       Así aparecen en los Hechos de los Apóstoles, convertidos, misioneros, impactando a la sociedad que aún está llena de miedoderramando la salud de Jesús (1ª lectura: Hechos 5, 12-16).

      Es el mismo mensaje del Apocalipsis (2ª lectura: 1, 9-11a; 12-13; 17-19): «No temas: yo soy el primero y el último, yo soy el que vive. Estaba muerto, y ya ves, vivo por los siglos de los siglos». Este tiempo de Pascua es para disfrutar, para celebrar el triunfo del Crucificado, para declararle de corazón, como Tomás, «Señor mío y Dios mío», para engancharse con más entusiasmo a su proyecto, lo que Él llamaba «el Reino».

viernes, 5 de abril de 2013

BEATIFICACIÓN del PADRE CRISTÓBAL de Santa Catalina


El próximo domingo, 7 de abril, el Padre Cristóbal de Santa Catalina, fundador de la Orden Hospitalaria de Jesús Nazareno, será beatificado en la Santa Iglesia Catedral. La Misa comenzará a las 11.00 horas y será presidida por el Cardenal Angelo Amato, SBD, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Previamente tendrán lugar los siguientes actos:

- Día 5 de abril, a las 21.00 horas: Traslado de la imagen de Jesús Nazareno desde su iglesia a la Catedral. Entrada prevista a las 01.00 de la madrugada. En el caso de lluvia se pospone la procesión al sábado a las 5 de la tarde.

- Día 6 de abril, a las 18.00 horas: Acogida de peregrinos y estreno de la obra “Y le llamaban Cristóbal” a cargo del colegio Jesús Nazareno de Getafe (Madrid), en el colegio Cervantes de Córdoba.
- Día 7 de abril, a las 11.00 horas: Solemne beatificación del Padre Cristóbal de Santa Catalina en la Catedral.

A las 13.15 horas: Salida procesional de la imagen de Jesús Nazareno y traslado de los restos del Padre Cristóbal a su Hospital “Jesús Nazareno”, donde entrará a las 18.00 horas (aprox.).

- Día 13 de abril, a las 19.30 horas: Eucaristía de Acción de Gracias en la Catedral presidida por Mons. Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba.

Diócesis de Córdoba 5/04/2013

martes, 2 de abril de 2013

Comenzamos un nuevo período, el de las GLORIAS

      Pasado el Domingo de Resurrección, todo y todos volvemos a la normalidad rutinaria. Una Semana Santa más, nos deja, sin duda, para el recuerdo, por lo lluviosa que ha sido; pero, en definitiva, como cofrades y, por tanto, católicos, la hemos vuelto a celebrar con el mismo sentimiento de siempre, quizás intensificado por el Año de la Fe y el Año Jubilar de San Juan de Ávila, que celebramos en nuestra diócesis. Esa especial vivencia de la Semana Santa desde la fe, la conversión y la meditación, de la que hablaba al principio de esta Semana, la más importante para todo cristiano y católico, debe tener ahora su fruto, en este tiempo en el que Jesús ha renacido entre nosotros, ha triunfado victorioso ante el pecado y la muerte; su ejemplo, y el de su bendita Madre se nos ofrece como único camino a seguir en esta nueva Pascua, la de Resurrección.
      Es la Resurrección, la que nos debe de invadir, y ver en ella, el camino de nuestro renacer como personas cristianas, integrantes de una sociedad y una Iglesia, que como todo en este mundo debe mejorar siguiendo ese ejemplo del que hablaba anteriormente, el de Jesucristo, fundador y guía de la Iglesia a la que pertenecemos; y como no, el de María, su Madre, Madre de esta Iglesia, y en consecuencia de todos nosotros, que con su luz de Estrella nos orienta por la senda del bien.
      Que la Resurrección gloriosa del Señor, nos llene de alegría plena tras su muerte, y tenga fruto abundante en nosotros, viendo éste su flor durante este tiempo pascual y de gloria, ya que, como dijo el propio Jesús a sus discípulos, y así queda constatado en el Evangelio según San Juan: «si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto».
José Antonio Cuevas Salguero 1/04/2013