domingo, 30 de septiembre de 2012

DOMINGO 26º del Tiempo Ordinario

      Moisés, lejos de ponerse celoso por el don de profecía que otros han recibido como él, más bien se alegra por ello (1ª lectura: Números 11, 25-29). También Jesús muestra esa misericordia con quienes no son de los suyos o de su grupo (Evangelio: Marcos 9, 37-48).
      Él es la suma bondad, la condescendencia personificada. Lo manifestó innumerables veces: cura enfermos, remedia las pesadumbres de viudas y atribulados, busca a la oveja descarriada, multiplica los panes para saciar el hambre, perdona a la adúltera, al publicano, etc. Y, sin embargo, Él, cuando se enfrenta con los escandalosos, no duda en hablar enérgicamente y decir que les valiera más verse sumergidos en lo profundo del mar con una pesada piedra al cuello.
      Con parecida energía la Palabra de Dios fulmina terribles amenazas contra los poderosos que defraudan a los trabajadores (2ª lectura: Santiago 5, 1-6). El Nuevo Testamento nos alerta sobre el escándalo de los pequeños, los pobres, los ignorantes y los niños que creen en Jesús, así como sobre lo radical que ha de ser la opción de seguirlo.

domingo, 23 de septiembre de 2012

La estela de Don Bosco

Los más de 1.300 alumnos del colegio Salesianos y menores de la fundación acompañan en procesión las reliquias del fundador de la comunidad hasta la Catedral

La comunidad salesiana celebra dentro de dos años el segundo centenario del nacimiento de su fundador, Giovanni Melchiorre Bosco, más conocido en España como Juan Bosco o Don Bosco. Hasta que llegue esa fecha y, desde 2009, la urna con las reliquias de Don Bosco está recorriendo todos los países en los que están presentes los Salesianos. Su primera etapa tras salir de Italia hace ya tres años fue Latinoamérica; de ahí viajó hasta Norteamérica, Asia, Oceanía, el sur de África y Madagascar antes de recalar en el continente europeo de nuevo. Tras visitar Portugal y Extremadura, las reliquias llegaron el pasado miércoles a Córdoba, en concreto a Pozoblanco, y ayer mismo a la capital, donde más de 1.300 alumnos del colegio Salesianos y menores de la fundación las acompañaron en procesión desde la iglesia de San Lorenzo, que partió pocos minutos después de las 17:00.

"Es un día importante que invita a toda la familia salesiana a renovar el compromiso con los jóvenes", consideró el profesor y cooperador de la comunidad, Florencio Pérez, quien no dudó en mostrar su admiración por Don Bosco, que nació en el seno de una familia humilde en localidad I Becchi (Turín) el 16 de agosto de 1815 y que llevó a cabo el Sistema Preventivo, un programa centrado en la formación de los niños y jóvenes desfavorecidos. Pérez destacó los valores que propugnó Don Bosco a lo largo de toda su vida, así como su "amor hacia los jóvenes".

Las reliquias -el brazo y la mano derecha- están guardadas en el interior de una estatua de Don Bosco similar a la que se encuentra en la urna conservada en la Basílica de María Auxiliadora de Turín. El rostro, además, ha sido reproducido con el calco que Cellini realizó al día siguiente de la muerte de Don Bosco. Las dimensiones de la urna, más de 600 kilos y dos metros de largo, consiguieron despertar la admiración de cuantos se toparon con ella en su procesión hasta la Catedral, así como la de los alumnos más pequeños del colegio de los Salesianos, que ayer vivieron un día repleto de actividades de carácter lúdico en honor a quien puso en marcha esta orden.

Satisfecho y orgulloso de la llegada de las reliquias al centro, el inspector provincial de los Salesianos, Francisco Ruiz, se encargó hasta el último momento de que la urna encajara sobre el paso de palio de la Virgen de la Piedad, titular de la Hermandad del Prendimiento. "Para nosotros es un día muy grande y significa un acto de gratitud hacia los demás", consideró, y añadió alguno de los valores de Don Bosco: "Trabajo constante, alegría y piedad sencilla". De la vida del fundador de los Salesianos, Ruiz reconoció que se queda cuando decidió ayudar a los niños de las familias más pobres de su región a través de la educación y que consiguieran aprender a desarrollar un oficio. Unos valores que, actualmente, permanecen en el espíritu de los colegios Salesianos.

La música estuvo bien presente durante todo el recorrido, ya que la Banda de Cornetas y Tambores de la Hermandad del Rescatado -que abrió la procesión- y la Banda de Música de María Santísima de la Esperanza se encargaron de ello. La procesión llegó hasta la plaza de Las Tendillas y concluyó en la Catedral, donde se celebró una misa, a la que no faltó el presidente de la Agrupación de Cofradías, Francisco Gómez Sanmiguel. Tras ella, la comunidad salesiana regresó en procesión hasta las instalaciones del colegio a medianoche, donde tuvo lugar una vigilia de oración en la que actuó el grupo musical Brotes de Olivo. El programa de actos incluyó, además, una chocolatada bien entrada de la madrugada, actividades para los jóvenes en el patio del colegio y también se realizaron varios turnos de acompañamiento para que las reliquias de Don Bosco no estuvieran solas en ningún momento de la noche. La vigilia concluyó a eso de las 07:00 en el colegio, donde tuvo lugar una oración de despedida y de las reliquias, que hoy mismo parten hasta Montilla.
Lourdes Chaparro - Diario «El Día» de Córdoba 22/09/2012

DOMINGO 25º del Tiempo Ordinario

      El rechazo y la condena del Mesías habían sido profetizados de forma enigmática en el Antiguo Testamento por medio de las figuras del Siervo de Yavhé, del Profeta y del Justo, perseguidos a causa de su bondad y fidelidad a Dios.

      La condición humana, débil y pecadora, no soporta la justicia, los impíos maquinan contra la vida del justo: «Le condenaremos con suerte ignominiosa» (1ª lectura: Libro de la Sabiduría 2, 12-20). Éste, con sus pañabras y ejemplos, les echa en cara sus malas obras. Es evidenteque Jesús murió por haber vivido de una determinada manera que molestó a muchos de sus contemporáneos, que se sintieron «amenazados» por su estilo y su doctrina.

      Los conflictos sociales y las guerras se deben a las pasiones humanas (2ª lectura: Santiago 3, 16-4, 3).

      Jesús, el justo por excelencia, predice su vulnerabilidad y su indefensión total (Evangelio: Marcos 9, 29-36). Pone a un niño en medio de sus apóstoles y les invita a imitar su humildad y sencillez: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».

domingo, 16 de septiembre de 2012

DOMINGO 24º del Tiempo Ordinario

      Vemos al siervo paciente de Yavhé, constante en medio de las persecuciones y malos tratos, sin perder la confianza en Dios (1ª lectura: Isaías 50, 5-9).

      Este siervo paciente prefigura a Jesucristo. Esclarecedora polémica la del apóstol con los que confiaban en la salvación por la fe, según la doctrina de san Pablo, pero entendiendo esta virtud como algo intelectual, sin comprometerse en la caridad y demostrar con buenas obras su autenticidad (2ª lectura: Santiago 2, 14-18).

      El evangelio (Evangelio: Marcos 8, 27-35) presenta a san Pedro en dos escenas curiosamente de matiz enteramente opuesto: en una reconoce el mesianismo de Jesús, en la otra intenta apartarlo de esa misión y de sus exigencias mesiánicas: las de sufrir, como el verdadero siervo de Yavhé, en su pasión y muerte, que Jesús anuncia por primera vez.

      Pedro se atrevió a confesarlo como Mesías. Entonces Jesús estaba entre amigos. Más tarde, en circunstancias de persecución y tribunales, Pedro negará a Jesús, pero al final de su vida morirá valientemente por su Señor.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Hoy se celebra la onomástica de Nuestra Titular - Nuestra Señora de la Soledad



El 15 de septiembre la Iglesia celebra la festividad de los Dolores de Nuestra Señora, día en el que las advocaciones marianas de Soledad, Sol, Marisol, Angustias y Dolores conmemoran su onomástica.

Siete son los dolores que unifica la tradición piadosa con base a los datos evangélicos. Por orden son estos: la profecía de Simeón, la huida a Egipto, la pérdida de Jesús cuando tenía doce años en el Templo de Jerusalén, el encuentro con su hijo en la calle de la Amargura, la crucifixión y muerte sucedidas en el Calvario, el descendimiento y, por último, la sepultura. Pero, en realidad, de verdad fueron muchos más. Tuvo ella todos los dolores, ¿o es que puede pensarse que se quedara impasible ante la partida del casto esposo José, o que la intuición de madre no fuera capaz de advertir la animosidad creciente que la figura de Jesús iba despertando –in crescendo– entre los principales rectores de la sociedad que comenzaron poniéndole tropiezos, siguieron llamándole loco, continuaron denigrando su fama porque tenía trato con publicanos y pecadores y acabaron llamándole Belcebú hasta que decidieron tramar su muerte? Los siete enumerados son solo «hechos-clave» que marcan de modo especial su itinerario de dolor; pero fueron muchos más. Quizá el número siete tenga, en este caso un cierto sabor bíblico que indica plenitud.

Asociando a los dolores del hijo los de su madre, siempre suscitaron una compasión llena de ternura a los que adoran en Jesús al Hijo de Dios y veneran en María a la Madre de Dios. Siempre el pueblo cristiano la invocará con el título de Regina martyrum para hacer ver que, por encima de ellos, la entrega de su vida estuvo adornada con la guirnalda del dolor.

La devoción a los dolores de María fue ampliamente difundida por los servitas, fundados en el siglo XIII por aquellos siete varones florentinos. Felipe Benicio, superior general de la Orden, extendió la devoción del hábito de la Virgen Dolorosa y su escapulario. Llegó a ser fiesta religiosa –fijada para el 15 de septiembre– ya en tiempos de Pío VII, en recuerdo de sus propios sufrimientos durante la cautividad napoleónica. La profundidad del eco despertado en el pueblo –¡quién no tiene dolores!– queda testificada por la incontable profusión de imágenes de «La Dolorosa» que se exhiben con piedad para el culto en los templos y pasean arte por las calles de las ciudades en las procesiones.

Ella supo estar derecha ante el dolor de la cruz, enseñando la realidad brutal que lleva consigo cualquier pecado del hombre.

Dolores. Unida a la entrega de su Hijo, se ofreció al Padre cooperando de modo impar e irrepetible con el único Redentor. Corredención. Se aprende el «sí» continuado del día nazareno.